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La Meta del Guerrero - El ordenador de lo invencible y lo vulnerable -

Sun Tzu es tal vez uno de los pensadores que más influenció, en oriente primero y occidente después, lo que hoy se aplica en las organizaciones a nivel de la planificación, estrategias y tácticas.


A través del tratado que hoy se recopila en un libro muy reconocido llamado el “Arte de la Guerra”, podemos aprender a usar esas enseñanzas de la planificación, estrategias y tácticas para ordenar las leyes sutiles que determinan sobre las decisiones de nuestro día a día.


¿Qué herramientas y lógicas de pensamiento aplicables nos puede aportar un tratado recopilado hace más de 2 mil años?


Sin dudas que es mucho lo que podemos aprender a través de la enseñanzas de Sun Tzu para lo ya dicho respecto a diseñar planificaciones, estrategias y tácticas, pero también podemos aprender respecto a tomar decisiones, negociar, liderar y dirigir equipos de trabajo, y sobre todo, aprender a través de todo eso a entrenar nuestra mente.


Hago algunas aclaraciones previas que van a servir para comprender el contexto en el que Sun Tzu transmitía sus enseñanzas:


El orden planteado en el libro actual del Arte de la Guerra es completamente aleatorio, Sun Tzu escribió cada aforismo en tablas de bambú que iba dejando en el camino, la recopilación y ordenamiento actual es posterior.


Se dice que, fiel a lo que enseñaba, Sun Tzu a veces escribía enseñanzas mal a propósito, para confundir a sus adversarios, que también encontraban las tablas de bambú. Por eso a la hora de leer el libro debemos prestar especial atención y conocer la lógica ordenadora.


La época en que vivió Sun Tzu se caracterizó por las divisiones y las luchas internas en el territorio de lo que hoy se conoce como China, un contexto dónde la figura del guerrero era una figura muy destacada y con una posición muy poderosa en lo social, no sólo por su fuerza y habilidad física, sino también por su entrenamiento mental y conocimiento de sí mismo.


Conociendo un poco más del contexto, los primeros aforismos que quiero compartirles dicen:


“Antiguamente, los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban a descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios”.


“La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario" ; "Por esto, los guerreros pueden ser invencibles, pero no pueden hacer que sus adversarios sean vulnerables” [1].


En occidente estos dos aforismos pueden ser un tanto difíciles de comprender, por que hay ciertas concepciones que no tenemos incorporadas culturalmente, como si están incorporadas en la cultura de oriente.


Si pensamos en nosotros mismos como quienes nos forjamos como guerreros creadores de nuestra propia vida, podemos comprender que el primer aforismo nos invita a ver dos lugares: lo propio y lo del otro. Y esos dos lugares se transforman en tres si consideramos que en muchas culturas de oriente, y más aún las que contienen culturas originarias, cuando hablan del otro hablan de “el otro afuera” y “el otro adentro”. Entonces surge un tercer lugar que antes estaba oculto. De la dialéctica inicial ahora tenemos: lo propio, lo del otro "afuera" y lo del otro "adentro" [2].


Podemos comprender así una vía muy clara para aplicar lo enseñado en los aforismos de Sun Tzu, ya que para lograr hacernos invencibles en toda situación, con quién primero nos las tenemos que ver es con nosotros mismos, adentro y afuera, y eso implica reconocernos adentro y afuera en nuestra invencibilidad y en nuestra vulnerabilidad.


El guerrero experto es el que logra unir dos lugares: invencibilidad y vulnerabilidad, dentro y fuera de si mismo.


Es muy claro entonces cuando en el segundo aforismo Sun Tzu nos dice “La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario”, por que al adversario al que refiere no solamente está afuera, sino también adentro. Hay un adversario interno que si yo no lo logro vencer, me llenará de vulnerabilidades, y por lo tanto tampoco alcanzaré ser invencible.


Por eso también Sun Tzu afirma que para que “los guerreros puedan ser invencibles” jamás de lo que se trata es de “hacer que sus adversarios sean vulnerables”, por que no se trata de cambiar al otro, sino de qué hago yo para generar lo que quiero generar en mi, y entonces no depender de lo que me encuentro afuera.


Si yo logré resolver en mi mis vulnerabilidades, si yo logré en mi hacerme invencible, lo que me encuentre afuera no me va a hacer obstáculo, e incluso lo que me encuentre afuera lo voy a poder usar para lo que quiero lograr, por que ya lo reconozco en mi.


En cada quién de nosotros están las creencias limitantes por las cuales no logramos hacernos guerreros expertos, por que hay concepciones previas que nosotros tenemos incorporadas, de lo que implica la invencibilidad y la vulnerabilidad, que nos hacen obstáculo a nosotros mismos.


Usando la metáfora del arco y la flecha, o la figura conocida como losange, les comparto el siguiente esquema, que también se basa en las enseñanzas que brinda J.L. Parise en libros como “El Viaje Iniciático”.





Una vez visto y comprendido lo que esos aforismos nos aportan, podemos encontrar también la relación directa de lo recorrido con la aplicación en una organización. Toda situación ante la que nos encontremos en la vida, y por lo tanto también en un ámbito organizacional, nos habla directamente a nosotros como personas.


Si una organización no logra que los empleados se queden en la empresa, si no logran que la comunicación sea clara, si no logran en los equipos compromiso y pertenencia, eso dice directamente de qué tipo de guerreros dirige y lidera a esa organización, así como también nos dice de qué tipo de guerrero es el empleado de esa organización, que eligió trabajar en un lugar dónde se encuentra con problemáticas que son disarmónicas de lo que desea.


El uso de las claves que nos brinda Sun Tzu no se dividen en: "usos que sean exclusivamente del ámbito organizacional" y "usos que sean exclusivamente de nuestra vida personal", al guerrero lo llevamos a cada situación de la vida, por eso es clave comprender cuales son las creencias limitantes que nos desvían de lo que queremos lograr, y qué hacemos ante eso.


Por eso también les comparto aquí un link a otro blog dónde relato también mi recorrido personal de lo que aplico en lo que aquí explico.


Este es un primer acercamiento a Sun Tzu, a la lógica de la losange, al guerrero como figura de la que podemos aprender muchísimas claves, y así, entrenar nuestra mente y ordenar nuestros proyectos.


Les propongo seguir recorriendo otros aforismos del Arte de la Guerra aplicados a las organizaciones, y por lo tanto también, a la vida cotidiana de cada uno de nosotros.


***Juan Costoya***


 

[1] “El Arte de la Guerra”, Sun Tzu, Versión de Thomas Cleary, Edición Arca de Sabiduría, Pag. 41.

[2] Quien mejor retrata y enseña este concepto en la actualidad es J.L. Parise en el libro “El Otro Camino”, utilizando los conceptos de “internotro” y “externotro”.

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